sábado, 26 de setembro de 2015

Conservadurismo, feminicidios y organización feminista: Panel de la 4ª Acción de la MMM denuncia los avances conservadores en la región y la falta de respuesta de los Estados ante la violencia contra las mujeres



El segundo panel del primer día de la 4ª Acción Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres, que ocurre del 26 al 28 de setiembre en las ciudades fronterizas de Santana do Livramento (Brasil) y Rivera (Uruguay), abordó la violencia machista contra las mujeres desde la experiencia y perspectiva de participantes de los tres países participantes. El espacio denominado “Feminismo por un mundo libre de machismo, violencia y lesbofobia” expuso la situación de feminicidios en esos países con respecto a la legislación y las luchas feministas para combatirlos. También contó con un panorama del avance conservador en la política y el Estado brasileño.
Naiara Malavolta, de la Marcha Mundial de las Mujeres de Río Grande do Sul y de la Liga Brasileira de Lésbicas (LBL) centró su exposición en denunciar el fundamentalismo como un movimiento “muy bien organizado, históricamente estructurado”, y no como actitudes aisladas de actores políticos o religiosos.
Malavolta afirmó que el intento de construcción de un Estado laico en Brasil es muy reciente, y va a contracorriente de una construcción que se remonta a los albores del propio país: “Brasil nace como un Estado de confesión católica. Desde el inicio tenemos el Estado y la región como una única cosa. Tenemos efectivamente una división que es muy reciente”, dijo en referencia a que la separación entre Estado e iglesia católica ocurrió por primera vez con la Constitución Republicana de 1891.
Para Malavolta, los fundamentalismos son varios: político, social, económico y religioso, “todos ellos deben ser tenidos en cuenta al hablar de derechos sexuales y reproductivos en el contexto de un Estado laico”. Al describir el fundamentalismo económico, afirmó que el capitalismo es el ejemplo por antonomasia de este tipo: “El mercado como un poder que no puede ser cuestionado. Y esto influye en la forma en que vivimos a los derechos sexuales y reproductivos”.
En el último tramo de su exposición la militante feminista se dedicó a describir la trayectoria del fundamentalismo religiosos en la política brasileña, identificando como marco inicial de su incidencia directa en 1986, cuando se elaboraba la Constitución de 1988 en ese país. En la actualidad la llamada frente parlamentaria evangélica es una de las principales fuerzas del parlamento en Brasil, y viene realizando propuestas legislativas de marcado corte conservador, como la recientemente aprobada definición en deputados de “familia” que considera ésta exclusivamente como la “unión entre hombre y mujer”.
Combatiendo el imperialismo patriarcal: una lucha sobre los sentidos
Sabrina de la organización Pañuelos en Rebeldía y de Socorristas en Red de Argentina, señaló que en términos de normativas, existen “leyes preciosas” de combate a la violencia contra la mujer, pero que no se están aplicando, dijo en referencia a la Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, promulgada en el 2009.
Para combatir la violencia machista, que genera hoy en día en ese país un feminicídio cada 30 horas, Sabrina consideró fundamental seguir apostando a la formación político feminista, a “pensar el feminismo desde los sectores populares”, y “articular la lucha contra el capitalismo con la lucha contra el patriarcalismo”. “Creemos que se trata sin dudas de una lucha sobre los sentidos”, concluyó.
En Uruguay, según cifras manejadas por el gobierno, 28 mujeres fueron asesinadas en el 2014. este año ya fueron asesinadas “treinta mujeres por la violencia machista, según compartió María de la organización Alerta Feminista de ese país.
Al hablar el surgimiento y funcionamiento de este movimiento, María explicó que se trata de una “medida de lucha que tomamos las mujeres uruguayas para denunciar y combatir la última consecuencia de la violencia machista que son los feminicídios”.
Uno de los principales problemas denunciados por la feminista uruguaya, es el de la postura de “justificación” de los asesinatos que se toma desde los sectores de poder de ese país.
El feminicidio de Yamila, “mujer joven de un barrio muy pobre”, fue el disparador de las alertas feministas: “Hablamos de que fue un feminicidio paradigmático, porque a la justicia y a los medios de comunicación no les parece que esa mujer sea merecedora de justicia, de derechos. Esa mujer está atravesada por una serie de opresiones que la hacen sí para ellos, merecedora de esa violencia”.
Ante ese contexto, la joven feminista también destacó el valor de la resistencia y la organización de las mujeres, cerrando la mesa con la conclusión: “¡Mientras haya machos violentos, las feministas estaremos organizadas y en movimiento!”.

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